Por Ing. Regina Esquer Leal
Las pequeñas y medianas empresas (pymes), son una pieza clave para el crecimiento de la economía nacional. De acuerdo con datos del INEGI, en México existen más de 4 millones de empresas, de las cuales 99.8% son pymes. Son estas empresas las que generan la mayor cantidad de empleos en el país (72%) y representan más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, la gran mayoría de las empresas de este tipo no cuentan con una correcta organización y estructura, evitando que éstas logren desarrollar al máximo su potencial. El adoptar un Sistema Integral Administrativo en la gestión de la empresa ayuda a estas organizaciones a tener un desarrollo orgánico y fomenta las buenas prácticas empresariales.
Un Sistema Integral Administrativo es una herramienta tecnológica para la gestión empresarial que te permite integrar todas las áreas de tu empresa y centralizar la información recabada en cada una de ellas. Las reformas fiscales que ha implementado el SAT, han orillado a las empresas a implementar un Sistema Integral Administrativo para lograr cumplir con los requerimientos que exige, de una manera sencilla y ordenada. El uso de estos sistemas es de vital importancia para toda aquella empresa que desee tener un crecimiento estructurado, además de aligerar el esfuerzo requerido para cumplir con los requisitos fiscales.
Existen dos principales tipos de Sistemas Integrales Administrativos: los sistemas tradicionales y los sistemas en la nube. Un sistema tradicional se apega al concepto de software instalado en una computadora, que debe cumplir con los requisitos de compatibilidad de la máquina y que requieren de una infraestructura total en la empresa. Por otro lado, los sistemas en la nube son aquellos que permiten una independencia entre la máquina que alberga el sistema y el dispositivo que lo consume. Con este tipo de sistemas solo se requiere el dispositivo para operar el sistema y una conexión a Internet. La decisión de cuál elegir, depende de las necesidades de la empresa.
Uno de los beneficios de este tipo de sistemas es que ayudan a la empresa a organizar sus actividades y a contabilizar automáticamente la información generada al realizar una transacción. De esta manera, al generar una factura, una compra, un pago de un cliente o a un proveedor, la información es llevada en forma automática a los registros contables electrónicos. Esto sin duda reduce considerablemente los esfuerzos necesarios para cumplir con los requerimientos de SAT.
Es recomendable contar con un Sistema Integral Administrativo, a diferencia de contar con dos o más sistemas aislados, los cuales requieren recapturas posteriores para poder integrar los movimientos a la contabilidad. Con esto se minimiza el margen de error ocasionado por las recapturas, evitando además la duplicidad de datos.
Por otro lado, estos sistemas ayudan a la detección temprana de vulnerabilidades en la operación de la empresa como el robo hormiga y el desvío de fondos. De igual forma, permiten tener un mayor control de la cartera de clientes, asiste en la toma de decisiones de compras y gastos y, ayudan a brindar un mejor servicio a los clientes.
Finalmente, el uso de un Sistema Integral Administrativo permite a los directivos tener una visión global de todas las áreas de la empresa para tomar mejores decisiones, impulsando a su vez un crecimiento estructurado.